El Dr. Álvaro Pardo Becerra quien desde septiembre de 2022 se desempeña como presidente de la Agencia Nacional de Minería (ANM), está al frente del control y supervisión de los más de 7.000 títulos mineros con los que cuenta la institución. Una de las principales misiones de la ANM se centra en la implementación de la licencia ambiental
con miras hacia operaciones sostenibles del gobierno nacional.
En entrevista con Papel carbón, la hoy cabeza de ANM y economista de la Universidad Nacional, compartió las primeras aristas hacia esta ambiciosa transición energética propuesta desde el día 0 por el gobierno del Pacto Histórico; la hoja de ruta y posibles desafíos a sobrepasar en medio de un nuevo modelo minero en Colombia.
1- ¿Qué pasará con el carbón para producir coque?.
R/. Para el gobierno del Pacto Histórico ha sido importante establecer desde el principio una clara diferencia entre lo que es el carbón metalúrgico y el carbón térmico para desarrollar los diferentes programas de gobierno, programas que tienen que ver con la hoja de ruta para la transición energética, la industrialización de la economía, la diversificación productiva, e incluso la seguridad alimentaria, donde, por ejemplo, los recursos de fosfatos para fertilizantes y los insumos para la infraestructura, son fundamentales. Acerca del carbón térmico y del carbón coque, seremos garantes y rigurosos del buen funcionamiento de los contratos existentes, brindando seguridad jurídica a los mismos, así como exigiendo el cumplimiento estricto a toda la normatividad del sector minero y ambiental y contando con una participación activa de las comunidades en lo que tenga que ver las nuevas políticas en estos sectores. Este gobierno se ha comprometido con respetar los derechos que se han adquirido cuando se tienen títulos mineros en regla y con el correcto licenciamiento, de manera que todos estos contratos irán hasta que se terminen, siempre y cuando se den cumplimiento a las condiciones contractuales de los mismos. Sin embargo, existen factores externos que pueden incidir en el futuro del mercado de carbón térmico, así como en el caso de otros commodities cuyo uso y explotación en el marco de la transición energética global, han ido cambiando, por tanto, se espera que también el mercado determine las condiciones futuras de este tipo de carbón. En el caso del carbón coque, estimamos que vamos a requerir mucho de él en el futuro
2- ¿Teniendo en cuenta el contexto de Transición Energética, ¿Qué papel juega la pequeña minería?.
R/. Con respecto de la pequeña y mediana minería en Colombia, también el Pacto Histórico tiene un claro compromiso y unos programas en desarrollo. Vale recordar que está dentro del Plan de Gobierno, e incluso serán temas que irían en el Plan Nacional de Desarrollo, el brindar instrumentos de apoyo, fomento y fortalecimiento responsable de estas actividades. Claramente se debe tener una actividad bien hecha, sostenible y justa, donde vamos a avanzar en los programas de formalización y legalización, así como en la obtención de títulos mineros con contratos diferenciales y su respectivo licenciamiento ambiental. En este sentido, por parte de la Agencia Nacional de Minería, junto con el Ministerio de Minas y Energía, también en el marco de la hoja de ruta de la transición energética, estamos trabajando en la creación de programas que vamos a implementar con barequeros, en el caso de oro, y con pequeños y medianos mineros del país, donde cómo le digo la intención estrabajar y fortalecer estas actividades en Colombia.
Por otra parte, y con respecto a potenciales nuevos proyectos de gran minería de carbón, quiero decir que al momento en la ANM no se tiene ninguna nueva solicitud en este tipo de proyectos, de lo cual se puede inferir que no hay interés en nuevos proyectos por parte de empresas que quieran hacer minería de cielo abierto. Además, en lo que si ha sido muy claro el gobierno del Pacto Histórico es que no se darían nuevos contratos de minería de carbón a gran escala y a cielo abierto, dadas todas las implicaciones ambientales y sociales que tienen estos proyectos.
3- ¿ Tres meses desde su llegada a la Agencia Nacional de Minería, ¿Cuál ha sido la ruta para llegar a la gran Transición Energética de la que se habla en el Gobierno del Pacto Histórico?
R/. La construcción de la hoja de ruta de la Transición Energética Justa ha sido una iniciativa del gobierno nacional, la cual, desde el liderazgo del Ministerio de Minas y Energía, busca articular a toda la ciudadanía, grupos de interés, comunidades, academia y actores sociales y económicos, para llegar a acuerdos sobre cómo abordar la transición energética, desde una perspectiva social, ambiental, popular, colectiva y de seguridad energética.
Además, esta hoja de ruta complementa las políticas que desde el Pacto Histórico se incluyeron en el plan de gobierno, como lo es, por ejemplo, el objetivo de pasar de una economía extractivista a una economía industrial y productiva. Es decir pasar de un modelo en el cual solo se extraen los minerales o recursos energéticos y se exportan sin valor agregado, y entonces pasar a otro modelo donde los minerales o recursos se utilicen localmente en amplias cadenas de valor agregado para obtener bienes intermedios o finales, tal que fortalezcan la demanda interna en la economía nacional e incluso se llegue a un nivel de desarrollo para ampliar la oferta de exportación.
¿Cuál sería entonces la hoja de ruta de la minería? La minería se convertirá en la base fundamental de las cadenas productivas que tienen que ver con la transición energética justa, que tiene que ver con diversificación productiva, la industrialización y con la seguridad alimentaria y hago énfasis en esta última: la seguridad alimentaria y la minería tienen que ver con los fertilizantes para el agro y los fertilizantes tienen que ver con los fosfatos y los fosfatos se proveen a través de la cadena de la industria minera. Así es que vamos a fomentar la extracción de fosfatos para la fabricación local de fertilizantes, con la meta de suplir de forma suficiente la demanda interna, y llegar con precios más competitivos para el campesinado y el agroindustrial colombiano, frente a la oferta de los fertilizantes importados.
Con respecto de otros programas de gobierno, como el de transición energética y el de industrialización, desde la ANM hemos trabajado en establecer varios minerales estratégicos para desarrollar esos propósitos, y así dar lineamientos de política para organizar y fomentar su extracción. Dicha extracción no estará únicamente orientada al mercado internacional, es más, se busca es fortalecer y fomentar la extracción para el mercado nacional y así complementar cadenas productivas que puedan ayudar a país a transitar, de la dependencia de combustibles fósiles al uso de energías limpias y que permitan el desarrollo de la industria nacional, en todos los frentes posibles. Acuérdese que nosotros teníamos una industria muy muy fuerte a final del siglo pasado, la cual desafortunadamente se debilitó y en algunos casos desapareció, pero queremos con nuestro plan de gobierno, volver a fortalecer la industria porque esa es la base del desarrollo de un país.
Por último, pero no menos importante, desde las competencias de la ANM y en aras de fortalecer las actividades de fiscalización y control sobre la actividad minera, se han realizado exhaustivos análisis de condiciones actuales de los títulos expedidos previamente, además se han brindado plenas garantías a los derechos que los titulares mineros tienen, por tanto, estos podrían ir hasta el final, y no hemos caducado absolutamente ningún contrato que tenga todos sus requisitos claros y obligaciones al día.
4- ¿ Con el trabajo avanzado para la construcción del Código Minero, ¿Cuál ha sido la respuesta de las comunidades?
R\. Hasta el momento se han llevado a cabo 19 audiencias públicas organizadas por la Comisión Quinta del Senado de la República, y que tienen que ver todas sobre la propuesta de reforma al Código de Minas, ¿Qué es lo que la ciudadanía, comunidades y actores del sector quieren sobre la minería en Colombia? es una de las preguntas importantes para poder plasmar esas aspiraciones de la ciudadanía en ese proyecto del Código de Minas y en el Plan Nacional de Desarrollo. Hemos levantado muchísima información en 19 municipios, ciudades y diferentes sitios del país donde como Agencia, hemos acompañado a la Comisión Accidental. A partir de lo que hemos encontrado, se resalta una queja recurrente de las comunidades: no se quieren malas prácticas de la minería por sus impactos ambientales y sociales, además y en varios casos se desconoce la autonomía territorial, se llega a importantes afectaciones en el agua, en el ambiente y en las dinámicas del territorio, entre otras cosas. Entonces hay muchas quejas sobre eso y de recogerlas y atenderlas, es de lo que se tratan estos ejercicios colectivos, para entender lo que los colombianos creen y sienten, y así poder traducirlo en propuestas que con rigor técnico y responsabilidad ambiental y regulatoria, cambien un Código de Minas que nos lleve a tener una minería que vaya mucho más en línea, con los grandes planteamientos del Pacto Histórico cómo lo son: el derecho al agua, a la vida, a la preservación de los ecosistemas, al fomento de la industrialización del país y la hoja de ruta de la transición energética justa.
También resultado de las audiencias, hemos escuchado múltiples quejas y temas alrededor de la prácticas que se venían teniendo de consultas previas con comunidades étnicas donde el tema laboral es fundamental, por ejemplo, ¿qué va a pasar con los trabajadores de los sectores mineros que entran en menor producción?, ¿qué va a pasar después de que se vaya agotando o se terminen algunas de la industrias mineras en Colombia?, porque no sobra recordar que esta es una industria que trabaja con recursos naturales no renovables y que en algún momento o se van agotando o se terminan los recursos, o no son económicamente viables para el privado, o las condiciones tecnológicas o de patrones de demanda cambian sustancialmente, cómo es el caso del petróleo, el gas o las nuevas tecnologías como el hidrogeno, las cuales tienen diferentes usos que van desde nuevas formas de movilidad o de generación eléctrica.
En el caso particular del carbón, en este momento el carbón atraviesa una coyuntura excepcional y temporal de altos precios y de una elevada demanda, pero la cual responde a hechos particulares de geopolítica como lo es el conflicto entre Rusia y Ucrania, el desabastecimiento de carbón en Europa, la política de cero COVID en China, entre otros, pero todos ellos son eventos circunstanciales como ha pasado toda la vida con el carbón u otros commodities, donde ellos pueden tener oferta y demandas volátiles, y por tanto sus precios también. Lo cierto, es que en este momento incluso con un mejor panorama de corto plazo en la demanda y precio del carbón, varios analistas especializados y desde el gobierno creemos también, que en un futuro cercano las energías limpias van a reemplazar sustancialmente al carbón, como parte de un mayor compromiso global. Vale resaltar que en la última COP, se hicieron compromisos ya muy serios, donde varios países venimos trabajando muy fuerte en la transición energética, y con desarrollos importantes en el sector del hidrógeno, incluso el fortalecimiento de la energía nuclear en Europa, de manera que ante esta coyuntura del carbón, no resulta responsable incentivar la dependencia y fomento de nueva minería de carbón a gran escala, y es allí donde tendría una prioridad el apoyar la pequeña y mediana minería. Esto, porque no solamente es importante en lo ya establecido en los programas del Pacto Histórico sino por la importancia del componente social que ya existe, donde miles de familias que en el país extraen carbón para poder sobrevivir, requieren acciones de política pública ante esta coyuntura, donde a su vez, vale insistir, tenemos que ponernos al día como sector en el cumplimiento en temas ambientales porque hay un reclamo muy grande de la ciudadanía sobre esto.